Un gol de Pablo Lago en el último suspiro mantiene vivo al Marino en su lucha por la permanencia. El equipo luanquín había hecho méritos antes para lograr los tres puntos, pero la buena actuación del guardameta visitante lo impidió. Con esta victoria, el Marino coloca al Alcorcón en puestos de descenso y ocupa la plaza de promoción.
El Marino dispuso de su primera oportunidad cuando sólo iban dos minutos de juego, pero el disparo de Pablo Lago fue muy flojo y Yoel no tuvo problemas para hacerse con el balón. Poco más tarde se repitió la jugada con los mismos protagonistas, aunque en esta oportunidad el portero gallego rechazó con apuros el remate.
El filial vigués, dirigido por el asturiano Alejandro Menéndez, empezó a tomar el pulso al partido y llegó la igualdad. Además, el Marino abusaba del fútbol directo y cometía muchas imprecisiones en su juego. Los célticos sólo se acercaron a la portería de Guillermo en una ocasión durante la primera mitad, con un remate de Iago Aspas que salió alto.
Tras el descanso, Pascual entró en el lugar de Miki aquejado de problemas físicos y el Marino mostró síntomas de mejoría. Al minuto de la reanudación, Yoel rechazó un disparo cruzado de Darío Aliaga y Pablo Lago estuvo a punto de aprovecharlo. En el minuto 58, Pascual probó fortuna con un disparo lejano, pero nuevamente se encontró con el acertado guardameta gallego.
Quirós dio entrada a Alberto Suárez, que también revitalizó al equipo luanquín. Nada más entrar en juego protagonizó una acción individual que estuvo a punto de acabar en gol, pero Noel Alonso lo evitó. El Marino tenía encerrado al Celta B en su terreno, aunque carecía del acierto rematador para adelantarse.
A diez minutos del final estuvo a punto de lograrlo Alberto Suárez tras un error de Richi, pero su disparo acabó en el lateral de la red. En el minuto 83, los jugadores locales pidieron penalti por un agarrón a Alberto Suárez, que lo único que consiguió fue la tarjeta amarilla por protestar.
Los cinco minutos de prolongación decretados por el árbitro cántabro fueron de una gran intensidad. En el primer minuto del descuento, Rubén Suárez pareció ser derribado en el área por Richi, pero el protestado García García volvió a resolverlo con una amonestación al delantero del Marino. Como consecuencia de esta jugada vio la tarjeta el preparador físico local, Daniel Alonso.
El partido se embarulló de tal forma que pudo decantarse para cualquier lado. En el 93, el Celta B dispuso de una falta en la frontal del área que Iago Aspas estrelló en la barrera. Y cuando faltaba medio minuto para llegar a los 95 señalados, Alberto Suárez lanzó una falta desde la izquierda y Pablo Lago peinó lo suficiente para que el balón botara y superara a un sorprendido Yoel.
Apenas hubo tiempo para más y el Marino acabó celebrando por todo lo alto una victoria que alimenta sus esperanzas de permanencia. En la próxima jornada jugará el sábado, a las 20.30 horas, frente al potente Pontevedra en Pasarón.
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