El Marino ingresa en la recta final del campeonato en el peor momento posible. Esa barrera psicológica, los últimos diez partidos, que los actores del juego califican de determinante la inician los azulones a seis puntos de la salvación y en plena crisis de identidad y resultados. Así, el Marino debe vencer casi por decreto esta tarde a un talentoso Celta B que llegará a Miramar con la intención de apurar sus opciones de liguilla de ascenso.
La derrota de la pasada jornada en el campo del colista, San Sebastián de los Reyes, ha tenido un efecto doble en el seno azulón. Mientras que el buen juego desplegado en Matapiñoneras invita a cierto optimismo, la pérdida de tres puntos con los que se contaban en Luanco ha acentuado la sensación de decaimiento en Miramar.
El presidente, Luis Gallego, fue explícito a lo largo de la semana, cuando insistió en olvidar excusas e indujo a sus jugadores a «ponerse las pilas» para salvar la categoría. El calendario no es halagüeño, pero la necesidad suele imponerse en las estribaciones de la competición.
Para el choque de esta tarde Quirós recupera al meta Guillermo, que volverá a la titularidad. Junto a él, los mismos diez hombres que formaron en Matapiñoneras: Canterla, Pantiga, Samuel y Álex en defensa; Pablo Díaz, Miki, Serrano y Alberto Suárez en medular, y Pablo Lago y Rubén en delantera.
Enfrente, un Celta B que se ubica a siete puntos de la liguilla de ascenso y en el que militan tres asturianos: el lateral zurdo Noel Alonso, cuya cesión desde el Sporting pretendió el Marino en verano; el ex oviedista Michu, y el técnico Alejandro Menéndez, que militó como jugador en el Marino y llega desde el Real Madrid.
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