El mal estado del terreno de juego del campo de Miramar pone en peligro la disputa del partido entre el Marino de Luanco y el Athletic de Bilbao B, que está programado para las cinco de esta tarde. El césped del municipal gozoniego ha quedado muy dañado a causa de la actividad y de la persistente lluvia caída en los últimos días. Tanto, que la directiva del Marino cree que no aguantará el partido ante los rojiblancos, el segundo consecutivo en casa del conjunto azulón.
El presidente del Marino, Luis Gallego, entabló en la mañana de ayer conversaciones con el club bilbaíno, vía Federación Asturiana de Fútbol, con el fin de llegar a un acuerdo de aplazamiento. No obstante, los responsables del Athletic se mostraron remisos a aplazar el partido sin comprobar in situ el estado del terreno de juego. «Quieren desplazarse, pero ya les he dicho que el partido no se puede jugar. El barro llega por los tobillos», señaló el máximo mandatario del Marino, molesto por la actitud del club de San Mamés. «Se han empeñado en desplazarse y voy a tener que pagar parte de las costas arbitrales», lamentó Gallego.
Además, el presidente del Marino mostró su preocupación por las secuelas que afectarían al césped de Miramar si el partido se disputa finalmente. «Si jugamos, el campo va a quedar destrozado para lo que queda de temporada», señaló Luis Gallego.
Así, representantes de ambos clubes, en compañía del colegiado cántabro Cerezo Parfenof, se personarán a las 13.00 horas de hoy en el campo de Miramar para comprobar el estado del terreno de juego. Será entonces cuando el árbitro decida si el choque se juega o no.
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