El Marino de Luanco afronta esta tarde una de las dos finales que deberá disputar en lo que resta de mes de enero. Los azulones se miden al Valladolid B, partido aplazado el pasado día 13 de diciembre por el pésimo estado del césped, para recibir el domingo al Zamora. Amarrar los puntos en casa es el objetivo de un equipo que quiere alejarse cuanto antes de la zona de peligro.
No en vano, el Marino podría abandonar las posiciones de descenso hoy mismo. Para ello debería derrotar a un Valladolid B que es colista y que se aferra al partido de esta tarde como a uno de sus últimos clavos ardiendo. De salir derrotados, los pucelanos perderían pie en su lucha por la permanencia, de la que están actualmente a ocho puntos.
Por tanto, una victoria tendría un doble efecto benéfico para el Marino: por un lado, los azulones abandonarían posiciones de descenso, con la inyección de moral que ello implicaría, y, por otro, hundirían a un rival directo, el Valladolid B, en lo más profundo de la tabla.
El estado del césped de Miramar y la importancia del choque inducen a José Luis Quirós a alinear un equipo en el que prepondere la fuerza por encima de la capacidad técnica. Así, el técnico mierense volverá a alinear a Keita y a Pascual como pareja de centrocampistas. La única novedad será la de Sergio Labrado, que sustituirá a Álex, expulsado en Ferrol, en el lateral izquierdo. Así las cosas, el Marino formaría con Guillermo; Ángel Luis, Samuel, Carmena, Labrado en defensa, Pablo Díaz, Keita, Pascual y Pablo Lago en el centro del campo, y Rubén Suárez y Jabuti en punta de lanza.
Nacho García, con gripe, y el lesionado Víctor se unen a Álex para completar la nómina de bajas.
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