La Federación Española de fútbol comunicó ayer de manera oficial al Marino de Luanco que el partido aplazado anteayer entre los azulones y el Sestao deberá disputarse antes del fin del presente febrero.
La decisión federativa cayó como una bomba en el club de Miramar. No en vano, las directivas de Marino y Sestao habían apalabrado disputar el partido el próximo día 9 de abril, festividad de Jueves Santo. «No sé a qué tanta prisa por parte de la Federación cuando el reglamento permite disputar un partido aplazado antes de las últimas cinco jornadas de Liga», lamentó ayer el presidente del Marino, Luis Gallego. Además, el máximo mandatario del club azulón mostró su profunda preocupación por los daños que causará en el césped de Miramar la acumulación de actividad a lo largo del mes de febrero. «El día 22 el Marino juega contra el Guijuelo, y es un partido que hay que jugar cómo se pueda. Si contra el Sestao jugamos antes de esa fecha, el campo va a quedar destrozado para recibir al Guijuelo, y si jugamos después del 22, el césped ya va a estar en muy mal estado», señaló Gallego.
Así las cosas, y descartado Balbín, el Marino busca un campo alternativo en caso de que Miramar no se recupere. El Muro de Zaro de Avilés es la primera opción.
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