Mal debut del Marino de Luanco en el grupo primero. Y es que los asturianos se vieron superados por el equipo del Ciudad de Santiago, que debutaba en la categoría. Aguantó bien la defensa de los azules en el primer período, buscando algunas contras en velocidad, pero el tanto de Changui nada más reanudarse el encuentro obligó a los de Quirós a estirarse, lo que hicieron con poca claridad. Maikel remachó en descuento y el Marino arranca con un cero.
Durante los primeros minutos del encuentro, ambos equipos se estudiaron y ninguno disponía de ocasiones claras de gol, con mucho juego en el centro del campo y un fútbol trabado y de brega, sin fluidez en los dos conjuntos. Por medio de Rafa y David, el Ciudad intentaba salir por las bandas, con Marcos Suárez bajando a oxigenar el centro del campo para enlazar con la delantera, donde Changui era la referencia.
Al cuarto de hora, primera oportunidad local en un error de los centrales del Marino. Marcos Suárez se aprovechaba y se iba solo hacia la meta rival, y Samuel lo agarró levemente dentro del área. Posible penalty que el colegiado no pitó. Poco después, minuto 22, acción entre Marcos Suárez y Rafa, donde el ariete santiagués metía un balón entre líneas. Rafa se colaba y viendo adelantado a Guillermo le intentaba batir por arriba, pero el meta astur reaccionó tocando suavemente para enviar a saque de esquina.
El Marino intentaba cortar las jugadas del ataque gallego, dedicado más a la defensa y buscando las contras en velocidad. En el minuto 34, nueva oportunidad local cuando Changui recuperó un esférico, cediéndolo a Luigi pero Guillermo salió bien de su arco evitando el remate del jugador verdiblanco. Una opción clara llegó en jugada de Marcos Suárez hasta la línea de fondo, rematando Rafa a bocajarro, pero Guillermo sacó una mano prodigiosa evitando el uno a cero. Por parte asturiana, un remate de Jabuti en el último minuto, que obligó a intervenir al arquero gallego, fue la mejor oportunidad.
En el segundo período, el Ciudad aprovechó su primera oportunidad de gol cuando Jesús Sánchez centró tras llegar a la línea de fondo, y en el segundo palo Luigi cabeceaba al centro donde, dentro del área pequeña, Changui anotó de cabeza el uno a cero. Primer gol del Ciudad en Segunda B, un tanto histórico y muy importante en el juego.
A partir de ahí, el conjunto de Santiago tuvo la posesión del balón y controló el ritmo del encuentro, evitando de esta forma que el Marino inquietase el marco de Mackay. En el minuto 73, Gonzalo tuvo el dos a cero en un lanzamiento de falta que salió rozando el travesaño de la portería luanquina.
Dominaba el Ciudad de Santiago, si bien el Marino tuvo una ocasión para el remate a doce minutos del final, cuando Ocaña sacaba una falta y dentro del área remató Damián de cabeza, deteniendo el meta Mackay. Los locales estuvieron firmes en defensa a partir de ese instante, y respiraron aliviados cuando el Marino se quedaba con diez jugadores. En el minuto 91, saque de córner por parte de Josito y Maikel sentenciaba.
Ciudad de Santiago: Mackay (2); Jesús Sánchez (1), Jesús Torres (1), Pablo López (2), Dopico (1); Gonzalo (1), Julen (2), Rafa (1), Luigi (1) (Josito, 1, min 76); Marcos Suárez (1) (Maikel, 2 , min 80) y Changui (2) (Franqueira, 1, min 65).
Marino: Guillermo (1); Ángel Luis (1), Alex (1), Carmena (1), Samuel (1); Jaime (1), Pascual (2) (Nacho, 1, min 63); Pablo Díaz (1) (Damián, 1, min 65), Rubén Suárez (1), Aitor (2); y Jabuti (1) (Ocaña, 1, min 59).
Goles: 1-0, min. 49: Changui. 2-0, min. 91: Maikel.
Árbitro: Gómez González (Colegio castellano-leonés). Mostró cartulinas amarillas a Gonzalo, Dopico, Julen y Pablo López, por el Ciudad de Santiago, y a Pablo Díaz, Rubén Suárez, Ocaña, Aitor, Pascua y Carmena; a este último, en dos ocasiones, por lo que fue expulsado en el minuto 89.
Incidencias: Partido disputado en el Multiusos de San Lázaro ante unos 400 espectadores.
Santiago, Área 11
No estaba en absoluto satisfecho con el trabajo de los suyos el entrenador José Luis Quirós, quien resaltó en rueda de prensa que, «salvo en los primeros quince minutos, no estuvimos en el campo. El equipo no ha estado bien, y el resultado final es totalmente justo, si bien yo creo que el equipo santiagués se ha empleado con excesiva dureza en algunas fases del encuentro, pero esto es la Segunda B y nosotros no somos novatos».
El entrenador de la escuadra de Miramar señalaba asimismo que «me ha gustado el conjunto local porque el Ciudad de Santiago ha enfocado bien el encuentro a pesar de ser un debutante».
«También podría decir que tenemos que cambiar nuestra actitud, y e individualmente mis jugadores tienen que dar mucho más de sí en las próximas jornadas. Me ha decepcionado mi equipo», concluía un Quirós, que habló claro un día más.
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El Ciudad tardó un cuarto de hora en cogerle el punto a su nueva categoría, la de bronce. Tardó ese tiempo en ganarse su sitio, en perderle el respeto al Marino de Luanco y en empezar a jugar al fútbol, algo que hace muy bien. Y después convenció y ganó: un notable en el debut.
El Marino sólo existió en el tramo inicial, cuando dio la impresión de tener más empaque de Segunda B que el Ciudad. Fue el tiempo en el que del cuadro asturiano aprendimos a valorar la figura de buen guardameta de Guillermo, sobrio y seguro; o la presencia de Rafa y Jaime en el centro del campo; o la rapidez de Pablo Díaz en la banda derecha; o el oficio de delantero de Jabuti, amenaza de gol.
Fue también el tiempo en el que a Julen se lo comió la categoría, en el que a Luigi no le salió nada, en que Changui era un sombra y Marcos Suárez peleaba contra todos. Y como para recordar que en la Segunda B nadie regala nada, el árbitro no pitó un claro penalti, que además era expulsión, por agarrón de Barrio a Marcos Suárez cuando éste ya encaraba a Guillermo.
El Ciudad superó todos estos contratiempos, también el penalti no pitado, en cuanto Gonzalo comenzó a mandar en su zona y Jesús Sánchez, un jugón en el lateral derecho, ofreció más fútbol que nadie. Y las ocasiones llegaron: Rafa pudo marcar de vaselina, tras una gran acción de Marcos Suárez, siempre él, pero Guillermo impidió el gol.
El empate, no obstante, persistía cuando llegó el trepidante esprín final de la primera parte. Changui había decidido destapar su tarrlo de calidad, que da para mucho, y combinó en el 43 con Marcos Suárez, que recortó ya dentro del área y le dio un pase a Rafa que era gol o gol; pero Rafa remató, a dos metros de portería, flojo y centrado: le dio tiempo a Guillermo a salvar el 1-0,.
Y el Ciudad pudo pagarlo caro, más cuando, tras otra jugada de artista de Changui, Luigi disparó, Guillermo como pudo y el rechace en Changui se perdió a un palmo de la portería. Pudo pagarlo, decíamos, el Ciudad cuando el Marino realizó su mejor jugada del partido: Jaime centró, Jubati remató de cabeza y Mackay evitó, con una gran parada, que su equipo se fuera al descanso con cara de tonto.
Fue un revulsivo, porque nada más volver de la caseta Jesús Sánchez lo hizo todo bien, la carrera por la banda y del centro al segundo palo, donde tocó Luigi para que Changui empujara a la red: 1-0, por fin. Entonces el Ciudad mostró otra gran virtud: mató el partido, dispuesto a defender el botín; el cuadro de Luisito se asentó bien y esperó con tranquilidad la sentencia.
Más allá de algún apuro aislado en defensa con balones aéreos sobre su área (Mackay siempre respondió bien ahí), el Ciudad acarició varias veces el objetivo del 2-0. Hasta que, ya en tiempo de prolongación, ya con Carmena expulsado, Maikel confirmó que es un matador y cabeceó un centro botado por Josito: tres puntos, era de justicia.
el correo gallego
El Marino sólo existió en el tramo inicial, cuando dio la impresión de tener más empaque de Segunda B que el Ciudad. Fue el tiempo en el que del cuadro asturiano aprendimos a valorar la figura de buen guardameta de Guillermo, sobrio y seguro; o la presencia de Rafa y Jaime en el centro del campo; o la rapidez de Pablo Díaz en la banda derecha; o el oficio de delantero de Jabuti, amenaza de gol.
Fue también el tiempo en el que a Julen se lo comió la categoría, en el que a Luigi no le salió nada, en que Changui era un sombra y Marcos Suárez peleaba contra todos. Y como para recordar que en la Segunda B nadie regala nada, el árbitro no pitó un claro penalti, que además era expulsión, por agarrón de Barrio a Marcos Suárez cuando éste ya encaraba a Guillermo.
El Ciudad superó todos estos contratiempos, también el penalti no pitado, en cuanto Gonzalo comenzó a mandar en su zona y Jesús Sánchez, un jugón en el lateral derecho, ofreció más fútbol que nadie. Y las ocasiones llegaron: Rafa pudo marcar de vaselina, tras una gran acción de Marcos Suárez, siempre él, pero Guillermo impidió el gol.
El empate, no obstante, persistía cuando llegó el trepidante esprín final de la primera parte. Changui había decidido destapar su tarrlo de calidad, que da para mucho, y combinó en el 43 con Marcos Suárez, que recortó ya dentro del área y le dio un pase a Rafa que era gol o gol; pero Rafa remató, a dos metros de portería, flojo y centrado: le dio tiempo a Guillermo a salvar el 1-0,.
Y el Ciudad pudo pagarlo caro, más cuando, tras otra jugada de artista de Changui, Luigi disparó, Guillermo como pudo y el rechace en Changui se perdió a un palmo de la portería. Pudo pagarlo, decíamos, el Ciudad cuando el Marino realizó su mejor jugada del partido: Jaime centró, Jubati remató de cabeza y Mackay evitó, con una gran parada, que su equipo se fuera al descanso con cara de tonto.
Fue un revulsivo, porque nada más volver de la caseta Jesús Sánchez lo hizo todo bien, la carrera por la banda y del centro al segundo palo, donde tocó Luigi para que Changui empujara a la red: 1-0, por fin. Entonces el Ciudad mostró otra gran virtud: mató el partido, dispuesto a defender el botín; el cuadro de Luisito se asentó bien y esperó con tranquilidad la sentencia.
Más allá de algún apuro aislado en defensa con balones aéreos sobre su área (Mackay siempre respondió bien ahí), el Ciudad acarició varias veces el objetivo del 2-0. Hasta que, ya en tiempo de prolongación, ya con Carmena expulsado, Maikel confirmó que es un matador y cabeceó un centro botado por Josito: tres puntos, era de justicia.
el correo gallego
El Ciudad de Santiago pudo disfrutar de un estreno redondo en la categoría de bronce, incluso cómodo. Después de las dudas que había sembrado el miércoles con su pobre actuación en la Copa, salió al campo mucho más centrado y no dejó que el Marino de Luanco llevase la iniciativa en ningún momento. Debió inaugurar el marcador ya en la primera mitad, pero unas veces la falta de puntería y otras la buena actuación de Guillermo lo impidieron. No se descompuso y, en la reanudación, aseguró los tres puntos con un cabezazo de Changui a los cuatro minutos y otro de Maikel en el tiempo añadido.
Luisito ya había anticipado que, debido a la plaga de percances físicos y a la baja forma de algunas de las últimas incorporaciones, se vería obligado a confeccionar un once inicial de circunstancias. De los elegidos, tan solo Pablo López y Luigi militaban la pasada campaña en clubes de Segunda B, mientras que los otros nueve jugaban en Tercera. Pero el equipo funcionó como tal, como un colectivo solidario en el que todas las piezas rayaron a un buen nivel.
El Ciudad de Santiago trabajó a destajo en defensa ante un rival que, siempre que pudo, apostó por el fútbol combinativo. No le dejó que pudiese lanzar el contragolpe en ningún momento y tampoco dio facilidades para que avanzasen por las bandas ni Pablo Díaz, en la derecha, ni Aitor, en la izquierda. Jabuti, bullicioso hasta que se lesionó, se quedó demasiado aislado en la punta.
En el conjunto local, a Luisito no le tembló el pulso a la hora de dar el mando en la zona de creación a un par de veinteañeros, Gonzalo y Julen. Cumplieron con buena nota y agradecieron los apoyos puntuales de un Changui que, cada vez que se descolgaba hacia atrás y controlaba el balón con campo al frente y a los lados, le ponía picante el juego. La línea de cobertura sobresalió por su sobriedad, Luigi y Rafa se multicplicaron en los costados y Marcos Suárez se fajó entre los centrales. Con eso le bastó al colectivo verdiblanco para controlar el partido de principio a fin.
En la primera parte, después de un cuarto de hora inicial de equilibrio, en el que Marcos Suárez pidió un penalti no concedido, tras ganarle la espalda a Barrio y caer en el área, los protagonistas fueron los porteros.
Porteros inspirados
El guardameta visitante, Guillermo, neutralizó las dos mejores combinaciones de los locales al tocar con la punta de los dedos una vaselina de Rafa y al desviar, con agilidad felina, un remate a bocajarro del propio jugador lucense. También supo tapar el ángulo en un lanzamiento de Luigi.
Por su parte, Mackay evitó el gol asturiano en el último segundo antes del intermedio. Jabuti cabeceó a bocajarro y, no se sabe muy bien como, el portero sacó de su repertorio una parada inverosímil.
Tras el descanso el partido se le puso de cara al Ciudad de Santiago, que vio puerta en su primera llegada. Jesús Sánchez apuró hasta la línea de fondo y centró al segundo palo, Luigi devolvió con la cabeza hacia el área pequeña (el Marino pidió mano del extremo) y Changui empujó a la red, también con la testa.
En el tramo final, Maikel, que venía de perdonar un cabezazo aparentemente fácil, se tomó la revancha en el córner que provocó esa acción. Muy pegado a la línea de fondo y casi sin ángulo sacó un cabezazo majestuoso y sentenció. Entre un gol y otro el Ciudad de Santiago supo dormir el partido y jugar con el marcador. Al final consiguió su propósito, sumar los primeros tres puntos en Segunda B. El sábado buscará otros tres en Bilbao.
la voz de galicia
Luisito ya había anticipado que, debido a la plaga de percances físicos y a la baja forma de algunas de las últimas incorporaciones, se vería obligado a confeccionar un once inicial de circunstancias. De los elegidos, tan solo Pablo López y Luigi militaban la pasada campaña en clubes de Segunda B, mientras que los otros nueve jugaban en Tercera. Pero el equipo funcionó como tal, como un colectivo solidario en el que todas las piezas rayaron a un buen nivel.
El Ciudad de Santiago trabajó a destajo en defensa ante un rival que, siempre que pudo, apostó por el fútbol combinativo. No le dejó que pudiese lanzar el contragolpe en ningún momento y tampoco dio facilidades para que avanzasen por las bandas ni Pablo Díaz, en la derecha, ni Aitor, en la izquierda. Jabuti, bullicioso hasta que se lesionó, se quedó demasiado aislado en la punta.
En el conjunto local, a Luisito no le tembló el pulso a la hora de dar el mando en la zona de creación a un par de veinteañeros, Gonzalo y Julen. Cumplieron con buena nota y agradecieron los apoyos puntuales de un Changui que, cada vez que se descolgaba hacia atrás y controlaba el balón con campo al frente y a los lados, le ponía picante el juego. La línea de cobertura sobresalió por su sobriedad, Luigi y Rafa se multicplicaron en los costados y Marcos Suárez se fajó entre los centrales. Con eso le bastó al colectivo verdiblanco para controlar el partido de principio a fin.
En la primera parte, después de un cuarto de hora inicial de equilibrio, en el que Marcos Suárez pidió un penalti no concedido, tras ganarle la espalda a Barrio y caer en el área, los protagonistas fueron los porteros.
Porteros inspirados
El guardameta visitante, Guillermo, neutralizó las dos mejores combinaciones de los locales al tocar con la punta de los dedos una vaselina de Rafa y al desviar, con agilidad felina, un remate a bocajarro del propio jugador lucense. También supo tapar el ángulo en un lanzamiento de Luigi.
Por su parte, Mackay evitó el gol asturiano en el último segundo antes del intermedio. Jabuti cabeceó a bocajarro y, no se sabe muy bien como, el portero sacó de su repertorio una parada inverosímil.
Tras el descanso el partido se le puso de cara al Ciudad de Santiago, que vio puerta en su primera llegada. Jesús Sánchez apuró hasta la línea de fondo y centró al segundo palo, Luigi devolvió con la cabeza hacia el área pequeña (el Marino pidió mano del extremo) y Changui empujó a la red, también con la testa.
En el tramo final, Maikel, que venía de perdonar un cabezazo aparentemente fácil, se tomó la revancha en el córner que provocó esa acción. Muy pegado a la línea de fondo y casi sin ángulo sacó un cabezazo majestuoso y sentenció. Entre un gol y otro el Ciudad de Santiago supo dormir el partido y jugar con el marcador. Al final consiguió su propósito, sumar los primeros tres puntos en Segunda B. El sábado buscará otros tres en Bilbao.
la voz de galicia
El Marino afrontará este domingo en Miramar su segundo partido de Liga, y será ni más ni menos que ante el recién descendido Racing de Ferrol, señalado a las 18 horas.
La derrota del domingo ante el Ciudad de Santiago ha hecho daño en el entorno azul, pero sobare todo al técnico José Luis Quirós, que fue muy claro en la rueda de prensa. Sabe que los suyos deben dar mucho más en el campo y aunque nada tenga que ver, la pretemporada fue brillante y el encuentro en el campo de San Lázaro cogió al Marino dormido.
Carmena por sanción y lesión, y Jabuti, con problemas en un gemelo, son bajas seguras para el choque ante los ferrolanos. Ambas circunstancias pueden dar la opción de entrar en el equipo inicial a Keita y Nacho García, si bien Quirós consideraba prematuro que el de Costa de Marfil debutara con quince días de entrenamientos.
el comercio
La derrota del domingo ante el Ciudad de Santiago ha hecho daño en el entorno azul, pero sobare todo al técnico José Luis Quirós, que fue muy claro en la rueda de prensa. Sabe que los suyos deben dar mucho más en el campo y aunque nada tenga que ver, la pretemporada fue brillante y el encuentro en el campo de San Lázaro cogió al Marino dormido.
Carmena por sanción y lesión, y Jabuti, con problemas en un gemelo, son bajas seguras para el choque ante los ferrolanos. Ambas circunstancias pueden dar la opción de entrar en el equipo inicial a Keita y Nacho García, si bien Quirós consideraba prematuro que el de Costa de Marfil debutara con quince días de entrenamientos.
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