El césped sintético del complejo deportivo de Balbín vuelve a suponer un quebradero de cabeza para el primer equipo del Marino de Luanco. Tanto es así que, como aconteciera la pasada campaña, tanto la directiva como el cuerpo técnico han decidido trasladar los ensayos de la instalación gozoniega a los campos de la Federación, en Roces.
Así, la plantilla que dirige Quirós se ejercitará en Gijón la tarde de los miércoles y la mañana de los jueves. De esta manera, de las doce horas que el Marino se ejercita semanalmente en Balbín, los azulones tan sólo pisarán el sintético durante cuatro: las mañanas de los lunes y de los viernes, todo lo más que los martes es el día fijado para el descanso.
El malestar del Marino por el estado del césped sintético de Balbín no es, ni mucho menos, nuevo. No en vano, desde su instalación, en 2006, no ha habido ni una temporada de sosiego. El club esgrime el mal reparto del caucho como razón fundamental para lo que considera un defectuoso estado del terreno de juego. El Ayuntamiento de Gozón, por su parte, responsabiliza al Marino.
Las lesiones de Keita y Jaime, con sobrecarga, que el club considera producidas por el mal estado de Balbín, son la raíz de la decisión de trasladar los entrenamientos del primer equipo a Roces. Las categorías inferiores, sin embargo, no se moverán de Gozón.
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